De Carlos Martínez-Cava
España tiene uno de los salarios mínimos interprofesionales más bajos de Europa. Las sucesivas reformas laborales emprendidas por gobiernos socialistas y populares no han servido para crear empleo y sí para precarizar las condiciones del trabajo ya existente. Especialmente la última de 2012, ha hecho de España la deseada “Bangladesh” del continente, permitiendo descargar sobre los costes laborales la factura de una pésima gestión política.